Crédito: Buenos Aire Gob
Ciudades Caminables: beneficios y retos
Por: Andrea Barrientos
Los beneficios de una ciudad caminable no son novedad ni desconocidos para muchos, sin embargo, con el tema de la pandemia, se hace más importante el tema y se tiene mayor justificación para abogar por ellas. Dentro de una vasta cantidad, en general se puede decir que se tienen grandes beneficios ambientales, como lo son la reducción de contaminación del aire, reducción del efecto isla de calor, se promueve el uso del transporte público, la permeabilidad y la resiliencia; beneficios sociales como fomenta la creatividad, reduce la segregación, promueve la interacción social y la participación ciudadana; beneficios económicos como al apoyo al comercio local, el incremento del consumo en los comercios, incremento de turismo, atracción de inversión e incremento de plusvalía; beneficios en temas de seguridad como apropiación del espacio público, reducción del crimen y accidentes viales y la regeneración urbana; y finalmente los beneficios a la salud como la reducción de enfermedades crónicas y mejora en la salud mental (Peters, 2016).
Sin embargo, para poder contar con todos esos beneficios, debemos enfrentarnos a la realidad del país, en dónde muchas de las ciudades y áreas urbanas son diseñadas para los vehículos y no para las personas. Se diseña y construye nuevas calles pensando en las condiciones actuales y sin considerar a las personas que caminan o que utilizan la bicicleta para movilizarse. Es necesario devolverles la importancia a las personas en las ciudades, una manera es a través de aceras de alta calidad ambiental y peatonal, un elemento clave para la mejora de calidad de vida. Otro elemento que se debe considerar en la planificación urbana es la movilidad multimodal, considerando ciclovías y transporte público que sea además seguro y eficiente. Y para completar, considerar las ciudades densas y con usos mixtos del suelo, como la iniciativa de “la ciudad de 15 minutos” de París.
La alcaldesa de París está proponiendo “la ciudad de 15 minutos” como su estrategia de campaña de reelección, quiere fomentar una ciudad más sostenible en dónde los cafés, tiendas, parques, escuelas y el trabajo te queden a 15 minutos caminando o en bicicleta. Tiene como referencia ciudades como Melbourne, Australia con vecindarios de 20 minutos, en dónde todo está a 20 minutos ya sea caminando, en bicicleta o en transporte público. Actualmente está realizando un plan de convertir más calles en peatonales, haciendo más ciclovías y haciendo presupuestos participativos para fomentar la participación ciudadana (Willsher, 2020).
Aceras, transporte público y uso de suelo mixto, elementos que conforman una ciudad caminable y con mejor calidad de vida. ¿Cómo logramos eso en Guatemala? Podemos comenzar haciendo aceras de calidad, no aceras de menos de 1 metro de ancho en dónde apenas pasa una persona, aceras libres de obstáculos. Se debe comenzar a pensar desde la planificación urbana en las ciudades de 15 minutos, diseñar ciudades para las personas.